domingo, 29 de septiembre de 2013

Mes de la Biblia…un mes para profundizar nuestra Fe

En este mes queremos hacer un llamado a la reflexión y a la profundización de nuestra fe Cristiana-Católica-Apostólica, por la sencilla razón de que cada vez son más las personas que dicen creer, pero que no actúan coherentemente con lo que creen, o bien dicen creer porque les hacen cantos bonitos, o van a un retiro, o se congregan en locales comerciales a los que llaman “Iglesias”, pero sus cimientos espirituales  no están enraizados en la fe que hemos heredado de nuestro Señor Jesucristo.  Desconocen a Cristo, sus enseñanzas y su Sagrada Tradición, la cual nos ha sido transmitida sin interrupción por casi 2,000 años, y dentro de su legado se incluyen las Sagradas Escrituras mejor conocidas como “La Biblia”.

En primer lugar debemos remontarnos al origen de las cosas para entenderlas, y lo primero que tenemos que entender es que ni Jesús, ni los apóstoles, ni incluso los primeros cristianos, tenían una Biblia como la conocemos hoy, y de allí podemos entender que muchas de las cosas que se mencionan en la Biblia tienen un contexto histórico muy diferente al de nuestros días, y deben ser leídas e interpretadas preferiblemente por personas preparadas y capaces para evitar caer en los errores en que han caído muchos buenos cristianos a lo largo de la historia.
 

Debemos preguntarnos entonces que libros Sagrados utilizaba Jesús y sus discípulos para predicar su Evangelio. La respuesta a esta pregunta es muy compleja pero a modo de ilustración les podemos mencionar que el pueblo judío tenía sus libros Sagrados principales llamados “La Torah”, los primeros cinco libros de la Biblia, a los cuales nosotros conocemos como Pentateuco. Pero además tenían la recopilación completa de libros que se llama “Tanaj” o también conocidas en sus traducciones arameas como Tárgum,  a lo que nosotros conocemos como Antiguo Testamento. De tal manera que la Tanaj viene a ser la Biblia que utilizaba Jesús. Sin embargo, los judíos también se regían por su Sagrada Tradición la cual en esos tiempos se transmitía principalmente de forma oral y era llamada “Talmud”, de manera tal que toda esa tradición de la Antigua Alianza, era la que practicaban Jesús y sus discípulos. Ahora bien, hay un detalle adicional que debemos rescatar en nuestra investigación,  y es que seguramente Jesús y sus discípulos utilizaron adicionalmente la Septuaginta  (Biblia Griega), comúnmente llamada Biblia Septuaginta o Biblia de los Setenta y generalmente abreviada simplemente LXX, que fue traducida de los textos hebreos y arameos más antiguos alrededor del año 150 a.c y que recoge los libros más cercanos al nacimiento de Jesús. Y sabemos que este documento era utilizado por Jesús y sus Apóstoles porque en los escritos del Nuevo Testamento prácticamente todas las citas que se hacen de las Antiguas Escrituras pertenecen exclusivamente a este documento (De 350 citas, 300 son de la Septuaginta)

Ya identificados los Libros Sagrados que utilizaban los primeros cristianos, ahora debemos enfocarnos en lo nuevo, la Buena Nueva y como fue plasmada en los Libros que hoy día conocemos, quizás nos sorprenda la historia.

Primeramente hay que aclarar que aunque los primeros cristianos eran en su mayoría judíos y se caracterizaban por tener unas creencias bastante diferentes y novedosas, las cuales eran motivo de persecución y muerte. Este grupo de cristianos a partir de la Misión Salvífica de Cristo fue formando la Iglesia Cristiana que hoy conocemos. Es decir, la Iglesia Católica existía antes de la conformación de la Biblia como la conocemos hoy. Esto es muy importante entenderlo. Las primeras comunidades creían y vivían la presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía, veían la Misa como el sacrificio Nuevo y Eterno para el perdón de los pecados, respetaban los sacramentos y seguían las instrucciones de los Apóstoles, además leían y se instruían con sus Libros Sagrados Tanaj, Tárgum y la Septuaginta, como bien lo decía San Pablo en Cor. 2, 3:16 “Toda la Escritura está inspirada por Dios, y es útil para enseñar y para argüir, para corregir  y para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien”. Por estas razones se le ha denominado a esta fe primitiva la Tradición Apostólica. Entonces tenemos que en los primeros siglos de cristiandad los conflictos doctrinales se resolvían por medio del conocimiento y autoridad de la Tradición Apostólica.

Después de la destrucción del Templo Judío en el año 70 d.c, muchos judíos y no judíos se convertían al cristianismo y  la Iglesia Cristiana iba creciendo con los años a pesar de la persecución. Para el año 90 d.c, los judíos se reunieron en un Concilio en la ciudad de Jamnia, el centro intelectual y religioso del judaísmo rabínico (fariseos), para enfrentar el avance de los cristianos, en ese mismo Concilio que cabe aclarar era un Concilio netamente judío y porque no decirlo anticristiano, se estableció la desafortunada jaculatoria Birkat haMinim, la cual maldecía a los cristianos y sectarios. Esta plegaria debía decirse durante todos los sabats, y obligó a los cristianos de origen judío a separarse de los demás judíos en las sinagogas. Antes de esto, aquellos judíos que aceptaban a Jesucristo todavía se sentían cómodos yendo a la sinagoga, donde ellos intentaban convertir a otros hablándoles de Él, como el largamente esperado Mesías.

Otra de sus estrategias para limitar el avance de la fe cristiana fue eliminar de la Biblia los libros adicionales que tenía la Biblia de los Setenta (Septuaginta) y reconocer como válidos solo los libros de la Tanaj (Escritos antes del año 300 a.c), ya que los textos adicionales de la Septuaginta hablan muy claramente de cosas como el cielo y el infierno. Éstos contienen profecías que innegablemente refieren a Jesucristo, como en Sabiduría 2, 12-22donde dice que el Justo debía sufrir una muerte afrentosa. En resumen, los libros deuterocanónicos sonaban mucho a cristianismo y eso obviamente no era conveniente para el judaísmo. Otros ejemplos los tenemos en los Libros de Macabeos y Tobías, donde se habla de las doctrinas de la oración por los difuntos, la intercesión de los santos que ya han muerto y la intercesión mediadora de los Ángeles, celebración de fiestas sagradas, limosna y caridad,  entre otras.


Ahora bien, la primera reunión oficial de las autoridades cristianas, es decir, de Tradición Apostólica, fue el El Concilio de Jerusalén, la primera reunión normativa del cristianismo (la iglesia cristiana primitiva) hacia el año 50, según se relata en el capítulo 15 de los Hechos de los apóstoles. Realmente no fue un Concilio como tal pero nos da una idea de la línea que seguiría el cristianismo ya fuera de las tradiciones judías y que marcó definitivamente la desvinculación del cristianismo del judaísmo confirmando para siempre el ingreso de los gentiles (no-judíos) en la cristiandad. Sin embargo no se trata todavía de establecer un Canon de Escrituras completo, ya que obviamente no existen.

El canon de la Biblia que conocemos hoy fue sancionado por la Iglesia católica, bajo el pontificado de san Dámaso I, en el Concilio de Roma del año 382, y esta versión es la que San Jerónimo tradujo al latín (Vulgata). Dicho canon consta de 73 libros: 46 constitutivos del llamado Antiguo Testamento, incluyendo 7 libros llamados actualmente Deuterocanónicos (Tobit, Judit, I Macabeos, II Macabeos, Sabiduría, Eclesiástico y Baruc) y 27 del Nuevo Testamento. Fue confirmado en el Concilio de Hipona en el año 393, y ratificado en los Concilios III de Cartago, en el año 397, y IV de Cartago, en el año 419.

Este Canon fue el utilizado por todos los cristianos hasta que reformadores protestantes liderados por Martin Lutero lo impugnaron en 1521 aduciendo que preferían el Canon de Jamnia de los Judíos, pero si aceptaban el Nuevo Testamento completo decretado por la Iglesia Católica. La primera traducción al español de la Biblia de los protestantes en sus dos primeras ediciones, la de Casiodoro de Reina (1569), llamada la Biblia del Oso, y la de Cipriano de Valera (1602), llamada la Biblia del Cántaro, contenían todos los libros incluidos en la Biblia Vulgata latina de San Jerónimo, que es el texto oficial de la Biblia para la iglesia católica romana. Es decir, que incluía los libros deuterocanónicos católicos. Lo cual corrigieron en una versión posterior dejando dichos libros como un apéndice denominado de “lectura edificante”

Sin embargo ya desde el año 1442, 72 años antes de la reforma protestante en el Concilio de Florencia la Iglesia se planteaba reafirmar el canon católico, entonces el canon católico fue nuevamente confirmado por decreto en la cuarta sesión del Concilio de Trento del 8 de abril de 1546.

Esperamos que todos estos detalles históricos de la conformación de la Biblia que hoy conocemos nos ayude a profundizar en la verdad que los hechos nos presentan y la importancia de no eliminar libros de la Biblia por interpretaciones personales y respetar el canon original, los cuales vienen a ser los seleccionados por la Iglesia Católica bajo el pontificado de Dámaso I.


Estamos celebrando el mes de la Biblia y no es casualidad que este 30 de Septiembre celebremos también la fiesta de San Jerónimo, autor de la primera traducción al latín de la Biblia completa (Vulgata). Debemos sentirnos muy contentos y afortunados de tener toda la Sagrada Escritura para reflexionar y comprender la historia de la Salvación del Hombre. En ella hay muchos personajes santos y pecadores, y todos han jugado un papel importante en esa historia. Pero no olvidemos que como dice San Juan en 21:25 “Otras muchas cosas hizo Jesús. Si se escribieran una a una, me parece que en el mundo entero no cabrían los libros que podrían escribirse”

Esperamos que esta celebración nos ayude a entender que las Sagradas Escrituras son el legado de los primeros cristianos para ayudar a orientar nuestras vidas conforme a la voluntad de Dios en nuestras vidas, para hacerla vida en nuestras vidas y en la de nuestros hermanos.

 

"Nosotros no poseemos la verdad, es la Verdad quien nos posee a nosotros. Cristo, que es la Verdad, nos toma de la mano". Papa Emérito Benedicto XVI


"Deja que Jesús escriba tu historia. Déjate sorprender por Jesús." Papa Francisco

 
La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos vosotros. Amén

jueves, 12 de septiembre de 2013

Se armó el lío en Panamá


Si señores! Se armó el lío, tal como lo ha solicitado el Papa Francisco, y es que la Iglesia Católica de  Panamá está de fiesta y lo ha celebrado en grande.
 

Resulta que estamos celebrando los 500 años de fundación de la primera Diócesis en Tierra Firme, Santa María la Antigua del Darién. Y en el marco de la celebración miles de fieles salieron a las calles a celebrar con alegría.
 

Aunque dicha celebración a tenido muchas actividades a lo largo del año, fue este pasado domingo 8 de septiembre que alcanzó su punto máximo de participación, al iniciar en horas de la tarde  con una procesión acuática en la que era trasladada la imagen de la Virgen desde Amador hasta la Cinta Costera, donde fue esperada por miles de peregrinos para la procesión que la llevaría hasta la Catedral de Panamá, desde su llegada al puerto donde desembarcó la imagen de Santa María la Antigua, imagen que dicho sea de paso, lleva en sus brazos la imagen de nuestro Señor Jesucristo cuando era niño, fue vitoreada, aplaudida y recibida con gozo y alegría.



 El Santo Rosario confeccionado con globos fue una de las muestras de creatividad de los feligreses.
 

 

La procesión por la Cinta Costera fue muy particular ya que en un inicio se veían unos cuantos cientos de personas, pero poco a poco se fueron sumando más y más fieles, que al llegar a la Catedral fue difícil hacer que cupieran las personas en la Plaza donde no había espacio para una persona más, tanto así que se tuvo que iniciar la Cita Eucarística antes de que llegara la imagen de la Virgen, ya que seguían llegando y sumándose más personas.

La Cita Eucarística fue muy emotiva y de gran valor educativo para todos los presentes, ya que se explico bastante bien y a detalle el motivo de la celebración, además de una Homilía por parte de Monseñor José Domingo Ulloa a la cual no le falto absolutamente nada, duélale a quien le duela, la verdad hay que decirla siempre y si es la Iglesia la que habla, con más razón. Muy bellas palabras hacia nuestra Madre María que llenaron los corazones de los asistentes de gran cariño y fervor por la Madre de Dios. La aclaración que más causo emoción fue cuando se exhortó a todos los presentes dar razones de su fe sin miedo y con firmeza, haciendo respetar la imagen de María siempre y en todo lugar como buenos cristianos añadiendo que a nuestra Santa Madre “Si no se le ama por lo menos que se le respete”.

Luego de la Eucaristía, se cerró el programa con un bello concierto en el Mirador Pacífico de la Cinta Costera y un espectáculo  de fuegos artificiales hermoso que disfrutaron todos los que se quedaron hasta el final a eso de las ocho de la noche.
 
En fin un día para recordar, un día en que fuimos parte de la historia y esperamos que el Señor nos permita cumplir muchos años más para evangelizar y llevar la Luz del Señor a más personas y seguir cumpliendo la Misión a la que hemos sido llamados hace 500 años de llevar el Evangelio a toda América. No olvidemos que estamos en Misión Continental y debemos seguir armando líos, salir a las calles a evangelizar, pero sobretodo a dar testimonio de nuestra Fe en Cristo, en su Madre y en su Iglesia. Bendiciones hermanos en Cristo y Felicidades en estos 500 años!

sábado, 7 de septiembre de 2013

A Propósito de la Paz


Haciendo eco del llamado al ayuno y oración por parte de su Santidad el Papa Francisco, queremos compartir algunas reflexiones sobre la paz, ese don que tanta falta hace a la humanidad en estos días. Este llamado debe ser acogido por todo ser humano sin importar edad, credo, raza ni ideología política ya que la falta de paz es un asunto que nos afecta a todos en mayor o menor medida.

A lo largo de la historia de la humanidad el ser humano ha sido testigo de la crueldad y barbarie que implican las guerras, la destrucción y el caos son las consecuencias de la violencia que se genera en los conflictos armados. Sin embargo hoy queremos ir un poco más allá y llegar a la raíz de estos comportamientos violentos. Desde tiempos inmemorables el ser humano se las ha ingeniado para crear y fabricar armas cada vez más eficientes a la hora de derrotar al enemigo, al inicio fueron mazos, lanzas, espadas y flechas, pero con la llegada de la pólvora la situación se volvió un poco más drástica pasando por armas de fuego como ametralladoras, granadas, bombas, misiles y finalmente las bombas nucleares que son capaces de segar la vida de miles y millones de personas en solo segundos. Hoy día también nos alarmamos cuando ese ingenioso ser humano utiliza la tecnología para crear armas biológicas que matan sin tanto estropicio pero igual mata de forma masiva a sus semejantes.

Es necesario hacer un alto y llamar la atención de las personas que tienen el poder y la responsabilidad de liderar nuestras naciones. En todo el mundo se deben tomar medidas serias para evitar las matanzas y buscar soluciones más civilizadas a los conflictos que se generan por salvaguardas los intereses de los gobernantes. Porque es allí donde se generan estos conflictos, es en ese egoísmo desmedido que no es capaz de ceder, de dialogar y de llegar acuerdos.

No debemos irnos muy lejos para darnos cuenta que la guerra más férrea ocurre dentro de nosotros mismos, es en ese momento que nos sentimos burlados, traicionados y heridos que se generan los odios, los rencores y el egoísmo  que nos impiden perdonar y dar una solución de paz y armonía a nuestras diferencias. En el seno familiar es el lugar donde se aprende a construir la paz, se aprende a perdonar y a dar la oportunidad al dialogo para llegar a un acuerdo en el que muchas veces se tiene que ceder y muchas más se tiene que perder. Sin embargo hoy en día con nuestra cultura competitiva y que promueve tanto el éxito, hemos olvidado lo que es perder, pensamos que es algo malo y negativo cuando en muchas ocasiones se gana más cuando se pierde. Cuantas veces no nos ha pasado que gastamos todas nuestras fuerzas en una lucha que al final de cuentas cuando creemos que la hemos ganado resulta que el contrario quería un final similar o muy parecido a lo que resulto al final, o lo que es peor, al  final resulta que hicimos tanto daño que nos arrepentimos de haberlo hecho, sin embargo, ya es demasiado tarde.

No nos dejemos engañar, la violencia siempre genera más violencia, solo las personas más valientes que son capaces de cortar con la cadena de violencia haciendo gestos de paz y de reconciliación, pueden detener estos conflictos, hacer un dialogo sincero donde se busque acuerdos y soluciones que beneficien a todos.  La historia nos demuestra que el hombre que vive en la violencia se autodestruye. Lo difícil y complicado del tema es que la paz no se da instantáneamente ni por mandato, no se obtiene sin esfuerzo, ni se compra o pide prestada: la paz tiene que nacer del corazón de cada hombre. Y si no hay paz en el corazón, ¿cómo puede haber paz en un pueblo, en una nación, en el mundo?

La paz no se basa en dejar al malo hacer lo que le place y someterse, la paz solo se alcanza al tener un verdadero sentido de justicia y cuando no nada más se reconocen los propios derechos sino también los de los demás.

En la mayoría de los casos el malo no resulta ser tan malo sino que no es consciente de su maldad, cegado por sus intereses y su egoísmo no puede ver el mal que esta haciendo o simplemente lo justifica. Por esta razón no es fácil obtener esa paz que anhelamos, requiere de la buena voluntad de las personas, de derrumbar los muros de egoísmo que nos alejan del otro y destruir las cadenas de orgullo que no nos dejan ver el dolor y la necesidad de los demás. Enfrentar los problemas de esta manera y esforzarse en resolverlos requiere valentía y coraje más allá de lo que la lógica humana nos permite comprender. Requiere también el respeto a la vida y la dignidad de las personas como un elemento clave para evitar hacer daño al otro y buscar siempre una salida honrosa por medio de actitudes de generosidad y de caridad.

En resumen, amigos que visitan este blog para católicos, lo que se requiere es actuar con amor, y actuar con amor se resume en una decisión. Siempre podemos escoger, mejor escoge el bien, escoge el perdón, escoge el amor, porque al escoger de esta forma estamos garantizando la paz.

Por último quisiera terminar con las palabras del mismo Papa Francisco en este día:
 “¡Cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz!”, pues en la Cruz “se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte”.

“En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz”.
Que la paz del Señor reine en los corazones de todos nosotros, María Reina de la paz, ruega por nosotros. Amén.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Un Dios de Fantasía

El título de este artículo surge de un comentario que hizo un joven cuando el chinito de un supermercado donde hago mis compras le ofreció una medallita de la Virgen María para apoyar a las monjas de un convento en su obra. La reacción del joven fue rápida y hasta un poco agresiva y respondió: “Mi Dios es un Dios de vivos y no una fantasía” y salió del lugar un poco ofuscado. Me llamó mucho la atención esta reacción por una ayuda que se le solicitó para una obra de caridad.

En el peor de los casos podría uno pensar: ah, bueno ! es que lo más seguro el joven pensó que el chinito quería hacer negocio con las medallitas, lo cual es probable pues hay casos en los que personas inescrupulosas se valen de la fe de los demás para sacar provecho, sin embargo, éste no parecía ser el caso del chinito, ya que al ver que se quedó perplejo y decepcionado por la reacción del joven, procedí a comprarle una medallita a un costo realmente bajo, pude comprar una caja pequeña de goma de mascar por el mismo precio. Bueno, para mi sorpresa, al pagarle al chinito, éste inmediatamente se acercó a la caja del lugar donde tenían una alcancía con el nombre de las mojas del convento  donde se dedican a cuidar y atender a niños huérfanos. En fin, al parecer el chinito tenía la buena intención de ayudar a estas monjas en su obra de caridad y esa era su forma de hacerlo. Mi medallita la puse inmediatamente en mi llavero y todavía la cargo conmigo.
 
Hasta aquí el relato de lo sucedido, ahora quisiera enfocarme en lo que dijo el joven y la razón por la cual reaccionó de una forma tan despectiva al ver la imagen de la Virgen María, la madre de ese Jesús en el cual dice creer con todas sus fuerzas.
Resulta que como este joven hay muchas personas que desprecian la imagen de María, y no solo la de María, sino también la de Jesús mismo y bueno, obviamente, la de todos sus Santos. No sé si creen que tiene algo de malo recordar los orígenes de nuestra fe o si solo actúan coaccionados por personas perversas que simplemente profesan un cristianismo anticatólico y que no son capaces si quieras de rezar un Padre Nuestro por el simple hecho de que eso lo hacen los católicos, entre muchas cosas más.
Estas personas que basan su fe en insultar la de los demás y que sin el menor reparo han llenado iglesias y estadios con personas que antes habían sido católicos pero que no profundizaron su fe y no entendieron que la Iglesia por cada uno que se iba, perdía una piedra y poco a poco se ha ido quedando con menos fieles, o por lo menos los verdaderamente fieles. Lo que llamamos Iglesia los católicos, no es el Vaticano, o las imágenes, o los rosarios, o las novenas, etc. Son las Parroquias y las personas que la conforman  y que comparten la fe en Cristo, una fe que desde sus inicios tuvo los mismos ataques de incredulidad que tiene hoy en día, los ataques son los mismos solo que cambian sus nombres, por ejemplo en aquellos tiempos lo que se llamaba Mandeísmo es muy similar a lo que hoy llamamos Bautistas, el Maniqueísmo lo es con la fe Baha´i, Simonianismo es muy similar a sectas protestantes que venden amuletos y objetos de sanación, el Nestorianismo tiene gran influencia en las sectas protestantes anticatólicas y que rechazan tanto la virginidad como la asunción de la Virgen, el Arrianismo es lo que hoy día se conoce como Testigos de Jehová quienes sostienen que Jesús era hijo de Dios más no Dios mismo. Y así sucesivamente los ataques a la unidad de la fe cristiana siguen siendo un problema para la Iglesia, ya que hoy al igual que ayer , los principales autores de estos ataques surgen desde dentro de la misma Iglesia, encontrando fuera de ella el espacio libre para dar rienda suelta a sus ideas e interpretaciones personales de la doctrina original sin ninguna regulación o autoridad.

El punto al que quiero llegar es que no hay razón alguna para que no se honre a la madre de Jesús, por todas sus virtudes y su santidad, su humildad, paciencia, obediencia, fe, entereza, castidad, amor a Dios y al prójimo, pobreza y oración. Ningún ser humano puede compararse a María ya que ella se constituye en la persona que más relación ha tenido con la Divinidad en toda la historia de los tiempos. El PADRE la escogió (San Lucas 1, 30). El HIJO tomó carne en su vientre (San Juan 1, 14). El ESPÍRITU SANTO encarnó al Hijo de DIOS en su vientre y la cubrió con su sombra (San Lucas 1, 35).
En fin, no es mi intención hacer un estudio Mariológico en tan breve espacio, pero sí sembrar la semilla de la verdad en tanta confusión y ataque sin sentido hacia la fe en Cristo, en su Madre y en su papel para el plan de salvación del Padre. Quizás es solo desconocimiento de la misión, pero antes de decir que un Dios es de fantasía, debemos analizar todo el contexto y reconocer que Dios tenía un plan de salvación para todos y para ello eligió  a las personas que lo iban a llevar a cabo. Es más, no debemos olvidar que este plan tiene su historia sagrada y en relación a esta historia hay ciertas cosas que se consideraban sagradas en la Antigua Alianza y en la Nueva Alianza hay ciertas cosas que también son consideradas sagradas. El cuerpo de Cristo es el centro de la Nueva Alianza y el Arca de la Alianza, la Nueva Eva que redime a los hombres es María por medio del fruto de su vientre. Sé que no es fácil de entender ni de digerir, pero si buscamos en el lugar correcto probablemente encontraremos las respuestas que necesitamos, al contrario si seguimos buscando donde solo hay suspicacias, mentiras y ataques sin sentido, lo más probable es que sigamos el mismo camino de ataque y persecución a los que tratan de llevar el mensaje de amor y de unidad en Cristo a todas las naciones.

María, Cristo, el Espíritu Santo, la Eucaristía, el Credo, el Padre Nuestro, la Confesión, la Sagrada Tradición, las Sagradas Escrituras, entre muchas otras enseñanzas de la Iglesia no son fantasías, todo eso aparece documentado y son las creencias que nos transmitieron los primeros cristianos y que solo se mantienen hoy día en una Iglesia, la Iglesia Católica Apostólica Romana, la única Iglesia fundada por Cristo y que cuenta con una sucesión apostólica ininterrumpida desde Pedro hasta nuestros días. Una Iglesia visible, unida y que realiza a diario los ritos y los sacramentos que mantienen la fidelidad y el compromiso de la Alianza con Dios. Esta es una realidad, que para algunos quizás es solo cuestión de fe, pero es una fe real que es vivida por millones de personas todos los días, en una sola Fe, un solo Bautismo y un solo Espíritu. La Iglesia Católica es parte de la historia moderna de la humanidad y hoy como ayer sigue siendo punto de referencia para lograr establecer el diálogo y la paz en las naciones.
 

Por último quisiera compartirles los cuatro atributos que distinguen a la Iglesia Católica:

Unidad: La Iglesia es "una" debido a su origen, Dios mismo. Dios es uno según la doctrina católica. Es una debido a su Fundador, Cristo. El apóstol San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, hace referencia a la Iglesia como "Cuerpo de Cristo": Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. En otra carta, también Pablo enseña sobre este atributo: Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos. Cristo mismo enseña y ruega por esta unidad de su Iglesia: Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los pecados y faltas de cada uno de sus miembros que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma "santa" pues "Santo" es su fundador y "santos" son sus fines y objetivos. Así mismo, es santa mediante sus fieles, ya que ellos realizan una acción santificadora, especialmente aquellos que han alcanzado un alto grado de virtud y han sido canonizados por la misma Iglesia. La Iglesia católica contiene la plenitud de los medios de santificación y salvación. Es Santa porque sus miembros están llamados a ser santos.

Catolicidad: con el significado de "universal" la Iglesia es "católica" en cuanto busca anunciar la Buena Nueva y recibir en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo y en todo lugar, que acepten su doctrina y reciban el Bautismo; dondequiera que se encuentre uno de sus miembros, allí está presente la Iglesia católica. También es "católica" porque Cristo está presente en ella, lo que implica que recibe de Él la plenitud de los medios de salvación.

Apostolicidad: la Iglesia católica fue fundada por Cristo sobre el fundamento de Pedro y los demás apóstoles. Todo el Colegio Apostólico goza de autoridad y poder siempre que esté en comunión con Pedro y sus sucesores; Pedro y los demás Apóstoles tienen en el papa y los obispos a sus sucesores, que ejercen la misma autoridad y el mismo poder que en su día ejercieron los primeros, que fueron elegidos e instituidos por Cristo. También es "apostólica" porque guarda y transmite las enseñanzas oídas a los apóstoles.

Estos atributos se encuentran en todas las Iglesias particulares que engloba la Iglesia católica, que son las Iglesias particulares de la Iglesia católica Romana (Rito Latino) y las Iglesias Rituales Autónomas (Ritos Orientales); todas ellas tienen en común los mencionados atributos o características esenciales y la autoridad suprema del Sumo Pontífice como vicario de Cristo en la Tierra.

La Iglesia católica se considera  heredera de la tradición y la doctrina de la iglesia primitiva fundada por Jesucristo y, por lo tanto, como la única representante legítima de Cristo en la Tierra. Mediante la figura de los obispos, sucesores sin interrupción de los apóstoles, cumple con el mandato de Jesús de cuidar de sus ovejas.           

Es de vital importancia que tanto Católicos como los creyentes de las demás religiones luchemos por la libertad de culto y el respeto a los demás, pero siempre reconociendo las cosas como son y reconociendo que todos somos seres humanos que tenemos derecho a opinar de manera diferente, a equivocarnos y a escoger el camino que queremos seguir. Y  aunque ese camino sea una fantasía inventada por una persona hace 10, 50 o 100 años, debemos respetarle y aceptar su decisión.  Se puede y es el deber de todos conocer la historia de cada creencia pero sin faltar el respeto a ninguna.
Espero que este artículo nos ayude a reflexionar en lo que creemos y por qué lo creemos. Bendiciones a todos en Cristo nuestro Señor y Salvador. Amén.